El Rey Negro
Caminaba solitario por la
carretera oscura y vacía, al tiempo que le acompañaba el pensamiento de cómo
haría para retornar a su pueblo. Se le había hecho tarde y el último autobús
del dia salía de valencia a las 6pm, la única opción que le quedaba era abordar
un bus desde Valencia con destino a Morón allí luego con un poco de suerte
encontraría otro transporte con destino a San Felipe. Venia de jugar un torneo
de ajedrez, el tiempo transcurrió y se le hizo tarde esperando la premiación,
había ganado el primer lugar, un hermoso trofeo de madera con la figura del rey
de ajedrez y un sobre con dinero en efectivo.
Al llegar a Morón decidió caminar
a orilla de la carretera, mientras esperaba que pasase el transporte que terminaría de
llevarlo a San Felipe. Trofeo en mano, continuo caminando mientras miraba el
reloj y pensaba “son más de las 8pm a
estas horas jamás pasara el autobús que espero” y sin detener el paso continuo
avanzando como peón de ajedrez que se mueve sobre el tablero sin importar su
destino, y en sus pensamientos solo existía la pregunta de cómo haría para resolver su problema. De
pronto es enfocado a sus espaldas por las luces de un autobús. Emocionado alza
su mano derecha haciendo con el pulgar la señal de costumbre para que el chofer
se detenga, el vehículo se detuvo unos metros más adelante para dejar en el
camino un par de pasajeros, el hombre inicia a correr para alcanzarlo y al
tiempo pega un grito al joven que asomaba por la ventana ¿Van para San Felipe?
. El bus reinicio su recorrido y continuo andando dejando atrás aquel hombre
que corría para alcanzarles.
Con las manos sobre la cabeza se
dijo a si mismo “ahora como coño hago para llegar a San Felipe”.
Sin interrumpir su marcha el
hombre continúo a pie por la carretera sin luz y vacía, transcurrieron unos
minutos y nuevamente es enfocado en la espalda por reflector de otro vehículo,
esta vez la de una vagoneta, al voltear le hace la seña para pedir el aventón.
La camioneta se detiene “vaya golpe de
suerte” y el chofer pregunta: ¿pa onde va por ai? “A san Felipe pero a esta
hora ya no creo que pase quien me lleve” ¿a dónde llega Ud.?- Yo voy por esos
lares, debo llevar un difunto que va en
el cajón de atrás, Yo no tengo problema en llevarlo. Fue en ese momento que
notó que el vehículo era una camioneta de servicios funerarios, luego de
meditar unos segundos subió al automóvil y con un apretón de manos se le
presento al hombre que se ofreció a
llevarlo. “Macario es mi nombre… y soy ajedrecista “dijo mostrando el trofeo
que llevaba en su otra mano… “Yo me llamo Henry y ya ve a que me dedico” fueron
las palabras de aquel buen hombre. “ Ahí llevo ese difunto para que lo preparen
allá en su pueblo, y Ud. porque se dejo agarrar la noche por ai? Mire esas
carreteras son peligrosas por las noches, tuvo suerte de que yo me lo topara…
Si. Salí tarde del torneo, se me
hizo tarde mientras esperaba la premiación y no pude alcanzar llegar a tiempo
para último bus del dia.
Yo pensé ¿pa onde caminara este
solo por aì? Cuando lo enfoque y lo observe bien, dije este sujeto no se ve que
sea malo… Y ahora que lo veo bien hasta conocido se me hace… ¿donde será que lo
he visto? ¿Ud. no tiene familia en Valencia?
No… no… yo no tengo familiar
alguno contesto Macario con gesto de que no le gustaba ser interrogado. “mis
amigos son las piezas del tablero escaqueado”
“Bueno en alguna parte lo he
visto, de eso estoy seguro” insistió aquel hombre que conducía… ¿Y hace mucho
que juega ajedrez? Insistió Henry en hacer conversación “ese juego es para
gente inteligente”…. Macario no resultaba ser muy conversón pero el tema de ajedrez le apasionaba y en un
instante podía contarte su vida. “aprendí el ajedrez desde muy joven, desde muy
niño conozco el movimiento de las piezas, pero nunca me lo tome muy en serio,
es mas creo que hasta me parecía aburrido, pero siempre estuve rodeado de
personajes que de algún modo tenían que ver algo con el ajedrez, el ajedrez
siempre me busco y yo no le tomaba importancia, hasta que conocí a Rosalba, a ella
le gustaba el ajedrez, recuerdo que en nuestras citas acostumbraba a llevar un
tablero y jugábamos infinidad de partidas, por ella me enamore del juego, ella
ahora no está conmigo, pero a mí me quedo el amor por el ajedrez, ahora soy un caminante
y asisto a cada sitio donde hay un torneo de ajedrez, sin importar la hora ni
el tiempo…
“Pero no debería dejar que se le
haga de noche por ai lejos” fíjese hoy corrió con la suerte de que yo lo vi, y
uno no debe abusar de la suerte, eso decía mi abuelo”
Hoy se me hizo tarde mientras
esperaba la premiación y ahora que lo pienso y se lo cuento recuerdo que estaba
en la sala de juego y todo transcurrió muy rápido, El juez pronuncio mi nombre
para entregar el premio, allí estaba la gente que aplaudía de pronto la luz se
hizo más intensa y al otro momento se apago, todo se quedo a oscuras como si en
cosa de unos minutos haya saltado de una casilla blanca a una casilla negra del
tablero quedando atrapado allí. Supongo es parte de la adrenalina, tantas
emociones, tantas alegrías cuando se gana un torneo. Lo extraño es que sea la
primera vez que me ocurre y se me hizo tarde, hasta ahora que viajo con Ud. hoy
Ud. ha sido mi ángel de la guarda, estoy muy agradecido…
No es nada, Ud. También me hizo
compañía, fíjese que conversamos todo el camino, Ud. hasta me conto como se
volvió ajedrecista, una historia muy bonita Sr. Macario, mire ya vamos
llegando… ¿Ud. se queda donde?
Yo debo quedarme en la entrada sr
Henry, ha sido un placer conocerle y cuídese, no ha todo el mundo se le puede
dar el aventón…
Henry se estaciono para dejar a Macario. Con un apretón de manos se
despidieron… “tiene la mano fría pensó al mismo tiempo que se respondía “ha de
ser por el frio de la carretera”. Macario bajo del vehículo se despidió y echo a andar. Henry noto que su
compañero había olvidado el rey de madera dio la vuelta para buscarle y al
bajar del auto notó que aquel hombre no se veía por ninguna parte… ¿si había
olvidado su premio porque no se regreso? ¿Lo habría dejado a propósito en forma
de agradecimiento? Estas preguntas pasearon por la cabeza de Henry y en ese
momento solo en ese momento recordó donde había visto a Macario, se acerco al
cadáver que llevaba en el ataúd ubicado en la cajuela trasera y al verle dijo “Ave
María Purísima “haciéndose la señal de persignación y dejando caer aquel rey de
madera que tenía en sus manos…
Autor: Marcos Hernández
Ajedrez y aparecidos.... jajajaja... Por un momento llegué a pensar que era "El Carro de Drácula"...
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