EL PINTOR DE LOS MUERTOS
En la entrada de la casa colgado en la pared un cuadro cubista de principio
de los años 1900 “la silueta de un desnudo desciende una escalera”.
Sin dejar de ser artista el pintor abandona sus cuadros para dedicar su vida
al ajedrez. Jugábamos por las tardes en su taller de pintura, en ocasiones se detenía,
caminaba hacia el lienzo y daba unas pinceladas, lo bautice como el pintor de
los muertos porque solamente pintaba ángeles negros paisajes oscuros y
nocturnos. Tenía un estilo particular de guerra, su mayor fuerza la ejercía con las piezas negras, siempre al ataque…
“Tantas partidas de ajedrez bajo la mirada de Gioconda”. Lienzos blancos,
lienzos oscuros cuelgan las paredes, esencias de trementina se entremezcla en
los aires con el humo del cigarrillo, el pintor sonríe, realiza su jugada y
dice:
“Abandonare la pintura para
dedicarme al ajedrez, dibujaré sobre el tablero la casilla desconocida, esa
casilla que jamás visitó el Rey, te llevare a dar un paseo por líneas ilusorias
ajedrezadas, formando los esquemas posicionales que yo quiero que juegues,
manipulare tus pensamientos como el niño que se entretiene con el cubo de Rubik,
pensaras por un instante que saboreas la
victoria pero cuando despiertes ¡ya estarás perdido! Y será sencillo, será como conectar las piezas
del tablero a una pequeña caja musical, cada movida una melodía, yo seré quien
le de cuerda y tú serás la estatuilla que gira de puntillas obsequiando melodías”
Escribiré en tu lapida una dedicatoria, la misma dedicatoria que existe
al final de este dibujo “Jaque Mate”.
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