Boris Spassky nació
el 30 de Enero de 1937, en Leningrado (Rusia).
De talento
muy precoz, aprendió a jugar al ajedrez a los 5 años en el seno de una familia
muy aficionada a los juegos de mesa (su hermana fue campeona de la URSS de
damas). Su infancia fue traumática debido a la II Guerra Mundial, su ciudad fue
evacuada y Boris pasó los años de la guerra en un orfanato, rodeado de hambre y
miseria.
Tras la
guerra volvió a su ciudad natal y su vida se normalizó. A los 9 años fue
admitido en el palacio de Pioneros de Leningrado, allí, rodeado de muchos otros
ajedrecistas, pudo progresar con rapidez. A los 12 años ya era candidato a
maestro y tenía un ELO de 2100 (sólo Bobby Fischer fue más precoz hasta esa
época). Con 16 años obtuvo el título de Maestro internacional y con 19 el de
Gran Maestro. Cuando obtuvo todos estos títulos fue el jugador más joven en
lograrlos, todo un torbellino de precocidad. En sus comienzos su estilo era
posicional y frío, sólo preocupado por la defensa y sin arriesgar apenas nada
en sus partidas.
Ya con 18 años
demostró que su paso por el ajedrez no iba a ser algo puramente testimonial,
consiguió proclamarse campeón del mundo junior. Lo hizo en un torneo cerrado y
quedando por delante de Mednis y Portisch.
Ese mismo año logró ser 3º en el torneo más duro par un
debutante: el Campeonato de la URSS, y lo hizo a sólo 0'5 puntos del ganador
(Smyslov). Hacer esto con 18 años es muy complicado, por lo que se auguró un
gran futuro a la nueva estrella soviética.
El estilo
de Spassky era demasiado rígido, para poder fomentar su creatividad decidió
cambiar de preparador, sustituyó a Zak por Alexander Tolush que le enseñó una
nueva forma de entender el ajedrez. En las partidas de Spassky empezaron a
aparecer combinaciones espectaculares, volviéndose un jugador más osado y
agresivo. Como consecuencia de esto sus resultados mejoraron y Boris empezó a
ganar varios torneos, incluido un Campeonato de la URSS.
Su primer
asalto al título mundial fue fallido, quedándose en el duro camino hacia el trono
de campeón. Consiguió superar el Interzonal de 1955 donde quedó octavo. Pero el
torneo de candidatos fue demasiado fuerte para el joven soviético, que aun así
quedó en un meritorio 3er lugar a dos puntos del vencedor.
Su segundo
intento de luchar por el Campeonato del Mundo llegó 9 años después. En 1964
quedó 1º-4º en el Interzonal de Amsterdam, lo que le daba plaza para el torneo
de candidatos. Este torneo era por eliminatorias entre 8 jugadores, el camino
de Spassky no pudo ser más duro: en cuartos de final derrotó a Paul Keres por
6-4, en semifinales venció a Efim Geller por 5'5-2'5 y en la final venció
contra pronóstico al mítico Mikhail Tahl por 7-4. Spassky se había ganado el
derecho a luchar por el título que ostentaba Tigran Petrosian y lo había hecho
a lo grande: venciendo a 3 de los mejores jugadores del mundo.
El match
con Petrosian se jugó en el año 1966. Spassky luchó con fuerza durante todo el
encuentro, que siempre estuvo muy igualado, pero el mejor repertorio de aperturas
de Petrosian terminó inclinando la balanza a favor del campeón vigente por un
ajustado 12'5-11'5.
Tras perder esta primera oportunidad se vio obligado a
volver al duro engranaje de la clasificación para el match final, al menos
logró saltarse el Interzonal ya que tenía plaza directa para el torneo de
candidatos. Éste se disputó en 1968 y fue de nuevo por eliminatorias; otra vez
le esperaba un duro camino: en cuartos de final dejó en la cuneta a Efim Geller
por 5'5-2'5, en semifinales tumbó a Bent Larsen también por 5'5-2'5 y en la
final venció a Viktor Korchnoi por 6'5-3'5. De nuevo había repetido la misma
hazaña y se volvería a ver las caras con Tigran Petrosian. Las dos victorias en
ambos torneos de candidatos tienen un gran valor y me atrevería a clasificarlas
entre los grandes hitos de la historia del ajedrez (por su complicación y dura
competencia).
El nuevo match contra Petrosian se jugó en 1969 y esta vez
Spassky se había preparado con más rigor de la mano de sus entrenadores Igor
Bondarevsky y Nikolai Krogius. Petrosian era un artista de la defensa, pero
Spassky era más completo que el armenio.
De nuevo
fue un match muy igualado. En el ecuador el tanteo estaba empatado, pero
Spassky logró terminar con más fuerza que su rival y se llevó el encuentro por
12'5-10'5.
Boris Spassky había logrado lo que muy pocos consiguieron
hacer: ser CAMPEÓN DEL MUNDO. Esta fue su mejor época, coincidiendo con el
periodo en que fue entrenado por Igor Bondarevsky, éste sabía comprender los
estados de ánimo de su pupilo así como el de sus rivales, por lo que podían
plantear las partidas de forma mucho más completa que con anterioridad.
Puso su
título en juego en 1972, su rival fue el norteamericano Bobby Fischer. Este
match es uno de los más famosos de la historia por toda la polémica de la que
estuvo rodeado. Fue tomado por ambos países como un episodio más de la guerra
fría, la URSS consultó a todos sus campeones del mundo para que aconsejaran a
Spassky. Varias ciudades pujaron para poder albergar el evento, aunque fue
Reykjavik la que finalmente se llevó el gato al agua. Las exigencias de Fischer
hicieron que el match peligrase, pero finalmente se llegó a un acuerdo y se
pudo poner en juego la corona de Spassky. El encuentro fue declarado como el
match del Siglo y miles de aficionados llegaron a Reykjavik para presenciarlo,
además cientos de periodistas se acreditaron para cubrir la información diaria
de las partidas (nunca el ajedrez levantó tanta expectación hasta aquel día).
Fischer
nunca había vencido a Spassky hasta ese momento y el match comenzó respetando
esa regla: Spassky ganó las dos primeras partidas (la 2ª por incomparecencia de
Fischer). Pero esto fue sólo un espejismo, Spassky demostró no estar tan
preparado como su rival y Fischer dominó el match de principio a fin logrando
vencer por 12'5-8'5. Este resultado suponía el fin de 24 años de dominio
soviético en el campeonato del mundo. Esto desagradó mucho a las autoridades de
la URSS que acusaron a Spassky de no haberse preparado a fondo (ésta sería la
primera de las desavenencias de Spassky con el gobierno de su país).
Muchas fueron
las críticas que recibió Spassky durante ese año, parecía que todo lo que había
conseguido antes del 'match del siglo' carecía de valor. Pero Boris se encargó
de acallar a los descontentos venciendo en el Campeonato de la URSS de 1973 por
delante de todas las estrellas del país (Ver tabla). Spassky se fijó un objetivo en el horizonte:
recuperar la corona perdida. Pero sería un proyecto a largo plazo porque le iba
a costar mucho recuperarse de los últimos esfuerzos.
Ese mismo
año volvería a participar en el Torneo de Candidatos, pero el joven Anatoly
Karpov le pararía en seco en semifinales por un tanteo de 7-4. Volvió a
intentarlo en 1977, logrando llegar a la final tras superar a Vlastimil Hort
(8'5-7'5) y a Lajos Portisch (8'5-6'5). En la final le esperaba Viktor
Korchnoi, por lo que el encuentro se convirtió otra vez en razón de estado. El
motivo fue que Viktor Korchnoi había abandonado la URSS para jugar bajo bandera
suiza y era considerado un disidente. Spassky fue derrotado por 10'5-7'5 y las
autoridades soviéticas volvieron a volcar duras críticas sobre Boris. Éste no
soportó más tanta crítica y abandonó la URSS para jugar bajo el pabellón de
Francia.
A partir
de aquí sus resultados decayeron y entró en una especie de conformismo y falta
de lucha donde apenas es salvable su primer puesto en el Torneo de Linares de
1983. La verdad es que Spassky pasó al olvido hasta su nuevo match (no oficial)
con Bobby Ficher en 1992, que se organizó para conmemorar el vigésimo
aniversario del 'match del siglo'. La historia volvió a repetirse y Fischer
obtuvo la victoria por 17'5-12'5, a pesar del buen comienzo de Spassky.
La explicación del
bajo rendimiento de Spassky no es sencilla. Demostró estar entre los mejores
del mundo, dominaba el juego posicional con precisión y cuando quería podía ser
brillante en sus partidas. Sin embargo, Spassky nunca declaró que el ajedrez
fuese su vida, de hecho se sabe que dedicaba mucho tiempo a otras aficiones
como el atletismo, la natación, la música clásica rusa, la literatura, el
tenis... Con todo esto se puede entender
su falta de espíritu de lucha y su poca ambición (sobre todo después de lograr
su meta, que era ser campeón del mundo).
Spassky
siempre fue un jugador de carácter melancólico, los nervios le traicionaban en
los momentos cruciales y tal vez le faltaba el 'instinto asesino' que poseía
Fischer. Lo que nadie puede poner en duda es su indiscutible calidad, ahí están
sus incontables triunfos para demostrarlo. Tristemente ha pasado a la historia
por su derrota ante Fischer en 1972 y pocos se acuerdan de sus brillantes
participaciones en los torneos de candidatos, así como su gran victoria ante
Petrosian en el campeonato del mundo.
Su estilo
de juego siempre dependió del entrenador que tuviese en cada momento y fue
evolucionando de la siguiente manera:
Entrenador: Vladimir Zak (1946-1952), hizo que el juego de
Spassky fuese puramente posicional y sin ningún riesgo.
Entrenador: Alexander Tolush (1952-1965), el estilo de
Spassky se volvió más agresivo y combinativo. En consecuencia, durante esta
época nos dejó bellas partidas llenas de sacrificios.
Entrenador: Igor Bondarevsky (1965-????), el estilo de
Spassky se volvió otra vez posicional y su repertorio de aperturas mejoró
notablemente. Aun así de vez en cuando brindaba alguna partida espectacular a
la afición, demostrando que no había olvidado las enseñanzas de Tolush.
Spassky ha sido el único campeón del
mundo de ajedrez que no ha publicado ningún libro, sólo ha publicado algunos
análisis de partidas. Sigue jugando hoy en día, pero desde la década de los 90
lo suele hacer en torneos de veteranos salvo en alguna rara excepción.
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