EL DÍA QUE LA DAMA SE ESCAPO CON EL ALFIL
En un rápido muñequeo de una partida relámpago, las piezas saltaron del tablero y fueron a dar al jardín.
Fue una tarde de ajedrez entre amigos, todas las piezas regresaron a su gaveta excepto la Dama y el alfil…
Aquel Domingo habían decidido huir juntos y darse a la fuga, sin que nadie notase su ausencia, esperaron el instante preciso, la ultima partida del día para salir del tablero en los cambios corrientes; y cuando los jugadores se encontraran distraídos en sus bruscos y rápidos movimientos de piezas emprenderían el vuelo.
Ya en el jardín los colores de la abundante grama y las flores los ayudaría a ocultarse.
-¿Que pensaras de mi? dijo la dama apenada “esto no debería ocurrir”
El alfil mirándola a los ojos le dijo: -“He deseado mil noches este momento y he guardado mis mejores versos y mis mejores caricias solo para ti, solo puedo pensar que atrevido soy yo un humilde plebeyo al aspirar tan solo una mirada de mi dama… -
-“Déjame capturar este instante como una fotografía y asi llevarte en mi memoria por toda la eternidad” “Quiero llevar sabor a ti hasta el fin de mis días”
Te pienso desde que abro mis ojos y cuando los cierro resulta que te sueño, al extremo que no se diferenciar cuando estoy dormido y cuando estoy despierto.
El alfil envolvió a la dama entre caricias y besos demostrando cuanto la amaba y en cada respiro deseaba:
-“Dios que no termine la noche, haz de ésta la más larga de todas”
Y se amaron tanto que la luna se encogió como una estrella convirtiéndose en una mas de ellas, logrando detener la noche en cada encuentro, alargándola dejando en jaque la Luna y las estrellas…
Y asi transcurrió la noche entre besos, caricias, confesiones de amor y el alfil y la dama consumieron su amor al máximo como la última y única noche de sus vidas.
Y a la mañana siguiente en extraña circunstancia dos piezas de ajedrez (dama y alfil) fueron encontradas en el jardín y devueltas nuevamente a su gaveta junto con el resto de las piezas…
Autor: Marcos Hernández.
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
ResponderEliminarEl tiempo le favorece, buena conjunción poética narrativa, evoca los infinitos sueños de pisos ajedrezados, de manera llamativa y vehemente bella, siempre queremos fugarnos con la dama ilustre que se proyecta en nuestros vagos soliloquios. Jorge Luis Roa Llamas
ResponderEliminar