Ajedrez
Como no tenía con quién jugar al ajedrez, colocó la mesa
frente a un espejo para jugar contra sí mismo. De modo que supo aprovechar sus
derrotas para también convertirlas en victorias... Así aprendió a mover las
piezas con ambos colores y a luchar contra sus temores; descubrió entonces que
para jugar era necesario pensar dos veces y saber leer las estrategias de su
rival sobre el tablero, sin importar, si este las si las oculta bajo un sombrero.
12 de mayo de 2019.
Nota:
Micro-relato seleccionado
para ser publicado por la editorial española Diversidad Literaria en su
Antologia Micro-Fantasias IV...
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