Rayado en el tablero.
Distraída la dama sonaba en su castillo los días pasaba,
hasta que el alfil a su tablero quiso
llevarla, el mismo con las agujas del minutero jugaba, mientras el viento sin
dudar a su favor soplaba. Sucumbió la dama visitando el tablero de la reina y
el alfil con un beso y un delicado y fuerte beso dejo lucir su pasión haciendo cómplice
aquella ventana divisoria y sin descuidar a la dama con atención también observaba. Mayo 03 2020
Anónimo.